sábado, 13 de abril de 2013

ALQUILER DEL ESPACIO EN EL TALLER. Y MIS DUDAS

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Capítulo 2

Cuando Mariana se fue, luego de haber visto el lugar y aceptar mi propuesta de pago, quedé pensando que en verdad, nada sabía de ella, qué persona era. ¿Y si había cometido un error? ¿Qué pasaría si era uno de esos seres complicados, que se relacionan con otros a través del conflicto? Amortiguaba estos pensamientos el hecho de que fuera Aldo, amigo de tantos años, quien me la había presentado y él fue testigo de la conversación que tuve con ella, por lo que puedo concebir que, de no ser una persona de confianza, él me habría hecho alguna seña o dado una señal de que no le alquilara parte del taller.
Las dudas seguían. Y Aldo ya no estaba en Buenos Aires para hacerle alguna consulta acerca de Mariana.
Para olvidar, para quitarme esos pensamientos, me puse a trabajar en una de las esculturas que estaban en espera de conclusión
Estaba entusiasmado con la serie de las escaleras, no tenía un nombre todavía, pero sabía que podía decir algo interesante una vez cumplida. Lo que no sabía, era cuándo se completaría, ni cuántas obras serían necesarias para darla por finalizada.

Una vez preparados los elementos, me dirigí hacia los caballetes que sostienen las esculturas y me obligan a esquivarlos para ver a cada una de ellas. Me detuve ante la que di en llamar “La escalera por la cual María Mora decidió irse al cielo” Tema fuerte, intenso en mi sentimiento, dedicada a María Mora, que se suicidó hace un tiempo; era hija de un amigo escultor, con quien compartí un buen trecho en mi existencia, hasta que nos distanciamos. A María Mora la tuve en brazos a los pocos días de nacer, la vi crecer y recuerdo que cuando era pequeñita corría por el gran fondo de la casa y yo pensaba que si un día tenía una hija, desearía que fuese como ella. Se trata de una obra que tiene dos tiempos de apreciación: una pared, divide esos tiempos; de un lado, una figura que tiene en una de sus manos un paño y se prepara para subir a una escalera apoyada en ese muro; del otro lado, una figura de pie que sostiene con sus manos, los brazos extendidos casi en cruz, un paño que la cubre por completo. Es el símbolo de la muerte, pues la figura no puede verse en su totalidad. El muro, divide el espacio en metáfora del cambio de dimensión. María Mora atravesó el tiempo cronológico, para “pasar” a otro estado. Me cuesta trabajar sobre esta obra, en particular porque Paloma, mi hija, que yo había pensado años antes en que ella fuese parecida a María Mora en su alegría, en la libertad de su cuerpo cuando correteaba por el patio de su casa, fue quien me llamó por  teléfono al taller y me dio la noticia del suicidio. Como un mazazo, de un dolor inenarrable. Creo que por ello, por esa “relación” extraña, es que me puse a trabajar para concebir el momento en el que María Mora decide irse al cielo. Pero voy lento, doy vueltas en rededor del caballete, observo, observo y mis manos no se atreven a poner material sobre las figuras, que se me hacen esperan para ser terminadas y que se cumpla el conjuro que atempere el dolor.

Dejé de lado esa obra y destapé una que estaba trabajando en arcilla, de la serie de los bares de Buenos Aires, que llevaba por título, al menos mientras la trabajaba, “Sola con todos”. Una figura que está sentada a la mesa de un bar, pero no enfrentada a la mesa, sino más bien de costado, como ofreciéndose a los parroquianos o queriendo estar con ellos, por eso el “con todos”. Abierta a la comunicación, al encuentro. Una reminiscencia de la Deola de Césare Pavese, que me permitió la serie Deola de Buenos Aires, dedicada, justamente al escritor italiano que en agosto de 1950, dijo: “Todo esto da asco. Basta de palabras. Un gesto. No escribiré más” Escrito en su diario, el 18 de agosto. Nueve días después, se suicidó en un hotel de Turín, ingiriendo una dosis abundante de somníferos. Previo a eso, en otro lugar de su Diario, dice: "Uno no se suicida por amor a una mujer. Uno se suicida porque el amor nos muestra en nuestra desnudez, nuestra miseria, nuestra vulnerabilidad, nuestra insignificancia.
Mientras destapaba la escultura, observé la foto de este inmenso que tenía fijada en la pared y el epígrafe decía: Cesare Pavese, foto tomada en agosto de 1950, días antes del suicidio.
Este inmenso me dio a Deola, la prostituta que quiso irse a Turín con el hombre que le había prometido llevarla luego de una noche larga, pensaba ella en el bar, sentada a una mesa, mientras se miraba en el frío del espejo.
Cuántas veces he leído ese poema, esa maravilla de poema, cuántos dibujos hice en los bares de Buenos Aires, intentando llegarle a Deola, a Pavese, a través de una energía cósmica y en ese intento, contarle a quienes vieran mi escultura expuesta, cuál era mi sentir.
La figura me agradaba, estaba bien construida, la composición de las masas era armónica y esa obra, tiempo después le haría escribir a Fernando García Curten, la presentación para una de mis muestras.
Trabajé varias horas cargando arcilla, dando por terminadas zonas que ya no tocaría. Luego vendría el secado y finalmente el horneado, que Ricardo, desde su sapiencia, haría con sumo cuidado, templando el horno en varias veces, para que la obra no estalle.
La tapé nuevamente con trapos húmedos y una bolsa de plástico, ordené las herramientas y salí del taller para ir a lo de Ricardo, que ya había horneado otras esculturas y yo estaba ansioso por verlas.

© Helios Buira

viernes, 12 de abril de 2013

DE MI TALLER. DEL DINERO QUE NO ALCANZA. Y ELLA.

139

Capítulo 1

Ella era una. Pero no una, sino la Una. La Única y verdadera.
Compartíamos el taller.

Supe que estaba buscando un lugar para alquilar, entonces le ofrecí un espacio en el que yo arrendaba. Había lugar, eran dos ambientes grandes, bien grandes, un baño, la cocina y una pieza pequeña, que era donde yo dormía. Podíamos trabajar ambos sin molestarnos, ya que los ambientes estaban dispuestos en forma de L, eran un ángulo perfecto para que pudiésemos conservar algo parecido a una intimidad, sin vernos mientras cada uno hacía lo suyo, pero, seguramente, sabiéndonos en el territorio. Mi ofrecimiento, a la vez, tenía que ver con que el pago del alquiler me estaba costando; hacía tiempo que no tenía entradas de dinero y lo guardado, se estaba yendo rápidamente.
Me había dicho que lo pensaría, pero, primero quería ver cómo era, qué comodidades tendría ella para poder trabajar; eso era lo que en verdad buscaba.
Le di la dirección, que anotó en un papel y pensé “seguramente lo pierde y yo pierdo el contacto con ella”
Me la había presentado un amigo, mientras estábamos en un bar; ella lo vio –estaba en otra mesa- vino a saludarlo y se quedó en la nuestra. Mi pensamiento fue premonitorio, porque luego de ese encuentro mi amigo viajó a Europa y por ello, si ella perdía la dirección de mi taller, ya no habría otra posibilidad de verla. En esa charla del bar, fue que mencionó la búsqueda de un taller.

Pasaron quince días y una tarde, golpeó a la puerta. Al abrir y verla ahí, parada, sentí alegría. “Traje bizcochitos” dijo y agregó “para el mate”. Entró. Por el gesto, por sus ojos, por la sonrisa, supe que el lugar le agradaba.
Días antes, pensando en que podría alquilar el espacio, me esmeré en ordenar, limpiar y mantener todo como para que a su llegada, no viera el caos, el desorden que siempre me acompañó en todos los talleres por los que pasé.
Dijo “Qué hermoso lugar”, en voz baja, casi susurrando, para ella, para su propio adentro.
-Recorré, mirá todo –dije-, mientras preparo el mate.
Al verla allí, observando detenidamente mis esculturas, dibujos y seguramente mi manera de estar, la intimidad de mi taller, sentí un cosquilleo, un temblorcito en el cuerpo. Mientras ella giraba la cabeza hacia un lado, hacia otro, mis ojos se llenaban de su belleza. En el bar, fue todo muy rápido como para saberla de la manera en que se daba mientras ella caminaba, se detenía, volvía a caminar, a girar, tratando de abarcar todo el lugar,  seguramente, para decidirse o no, a alquilar la otra parte que yo había dejado vacía, como para que se diese cuenta de la cantidad de espacio que podría utilizar.
Entró a la cocina, donde yo había puesto la pava sobre el fuego y preparaba el mate. “Cuánto me cobrarías por el alquiler” dijo. Le respondí que si estaba de acuerdo, la mitad de lo que yo pagaba y compartiríamos los gastos de luz y esas cosas. El taller sería de ambos. Abrió los ojos, sonrió y dijo “¿tan así? ¿Tan simple?” “Sí”, dije. “Es lo que corresponde” “Me encanta, quiero venirme ya”, dijo. “Bueno, cuando quieras” respondí.
Nos sentamos a la mesa, abrió el paquete de bizcochitos, mate de por medio y comenzamos una conversación de conocimiento mutuo, de acercamiento, ya que pronto tendríamos que compartir los espacios.
Casi al unísono, comenzamos a reírnos y ella dijo: “¡No nos dijimos nuestros nombres!”
“¿Y en el bar?” dije  “No recuerdo” respondió
Era así. Recién ahí nos presentamos.
-Soy Mariana.
-Soy Helios. Bienllegada a este lugar.
-Gracias –dijo- siento que este taller me estaba esperando.
-Una parte es tuya –agregué.
Así estuvimos hablando hasta bien entrada la noche. Se despidió diciendo que la próxima semana traería sus cosas y se instalaría. Usaría el lugar sólo para trabajar, pues vivía con su pareja
Tendí mi mano para saludarla y ella me dijo: -vamos a ser amigos. Y me dio un beso en la mejilla.

© Helios Buira

jueves, 11 de abril de 2013

DE LO SUPERFICIAL EN EL ARTE. Y HERBERT READ.

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Leyendo a Herbert Read, uno puede concluir en pensamientos a favor o en contra de lo que él dice, pero, siempre, este hombre deja huella dentro de uno.
Habla, por momentos, de un arte sin concentración, que abandona las guías filosóficas, un arte sin relación, un arte que se jacta de su inconsecuencia, de su incoherencia y dice, sin tapujos, que eso no es de ningún modo arte.
En los años que he trabajado en el Centro Cultural Recoleta, he visto mucho de lo que menciona Read: liviandades fenomenales, con un reconocimiento efímero, quedando fuera de moda al poco tiempo de haber sido expuestos esos trabajos. Porque buscan la moda quienes lo hacen.
Y cuánto escribieron críticos y presentadores de artistas, tratando de explicar lo inexplicable, intentando con palabras difíciles, raras, darle sentido a ese sin sentido que allí se exponía.
Para saber de qué se trata, basta con ver anuncios de artistas que dan clases de arte naif, o de arte abstracto. Un despropósito. Y allí se observan los mamarrachos que hicieron los pobres discípulos.
Dice Read:
El arte es una actividad que a la vez refina los sentidos e inventa y perfeccionas los símbolos del discurso; estos dos aspectos de la vida humana: la autointegración y la intercomunicación, son inseparables.
Pero creo que lo visto, y sobre lo que menciono, en nada refina sentido alguno. Al contrario, se me hace que mucho de lo que se expone, genera un rechazo notorio en el espectador, pero, un rechazo no provocado por la obra, como sería por su contenido y su factura, sino rechazo porque nada dice, o sea, rechazo por una nada.
Están dentro de esos expositores, los que agreden al espectador, con formas que pretenden mostrar la crisis del hombre o con abstracciones corpóreas que proponen zonas punzantes, como si se tratara de la violencia instalada en la sociedad, pero no es otra cosa que la violencia del propio autor la que se manifiesta.
Consiguen claro es, que los críticos opinen y tal vez, sea eso lo que pretenden, pero pocos caen en la trampa de tomar en serio esas manifestaciones “artísticas”
He visto en una sala vacía, las paredes blancas, un breve texto escrito con marcador negro y en la entrada un larguísimo texto con un lenguaje críptico, tratando de decirle algo a quienes visitaban la muestra, que, debo decir por si no se entendió, era la frase genial que había escrito el artista en una de las paredes.
El comentario de algunos que entraron a la sala, era: “Pensar que hay verdaderos artistas que no pueden exponer sus obras por carecer de recursos económicos y este infeliz, se da el lujo de escribir una estupidez en la pared pretendiendo que se lo llame artista”
Vi mucho. Algún día escribiré sobre ello, a modo de “memorias de alguien que trabajó por años en el Centro Cultural Recoleta”

© Helios Buira

miércoles, 10 de abril de 2013

UN TEXTO. LOS QUE MIRAN DE LEJOS. Y EMILIO MATEI

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He leído el texto que a continuación publico, pues considero que su claridad y contundencia en el decir, puede ayudar a muchos a darse cuenta sobre lo que los medios hegemónicos de información (¿información?) pretende instalar de manera permanente en la sociedad
Emilio Matei, escritor, pensador y amigo, dice lo siguiente:

Los que miran desde lejos

“En medio del trabajo de días, tal vez sin dormir una o más noches, frente al horror de la muerte y las pérdidas irreparables de gente entre el llanto y la parálisis del no saber qué hacer frente al desastre, están los jóvenes preocupados y solidarios. Pero también aparecen, muy lejos de la acción, algunos puristas que discuten si la ayuda se hace del modo formalmente correcto más allá del tiempo y forma en que debe ser hecha.
La verdad, que no sólo la injusticia de los que juzgan desde lejos, sino el uso que se hace de esas discusiones, bizantinas en momentos como estos, tapan las preguntas más serias, esas que ponen incómodos a todos. Como, por ejemplo: ¿se previó lo necesario? ¿Hay culpables? Y no a la espera de respuestas por sí o por no, sino con datos precisos de qué es lo que se debió haber hecho y por qué no lo hicieron los responsables en el caso en que los hubiera.

Las camisetas de Cáritas o los uniformes de los Boy Scouts no parecen molestar a nadie, las agrupaciones juveniles de los partidos la mayor parte de las veces, sí. Sobre todo si representan intereses antagónicos a los de las empresas poderosas. Y ni hablar cuando, además, son masivos y eficientes.”

 Leí y escuché, montones de críticas realizadas contra esos jóvenes en su mayoría miembros de La Cámpora, una organización juvenil de militantes que adhieren, apoyan y militan en defensa del Modelo instalado en la Argentina desde el año 2003, sostenido, en la última elección presidencial, por el 55% de los votos. O sea, que la mayoría de los argentinos con posibilidades de elegir a sus gobernantes, ha decidido el acompañamiento de la gestión de la Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner.
Quienes se oponen, quienes consideran que el gobierno no los representa, o no creen en el Modelo que se diferencia notoriamente de lo que el neoliberalismo instaló en Argentina a sangre y fuego, suelen ser receptores de lo que los medios radiales, televisivos o gráficos les dicen contra el gobierno y el modelo.
Muchos, les creen.
Pero ante la tremenda tragedia que cayó sobre La Plata en torrenciales lluvias provocando inundaciones, muertes, pérdidas materiales y mucho dolor, la respuesta fue un accionar solidario sin precedentes, algo que hacía mucho tiempo no veíamos los argentinos.
Allí es donde se presentan los militantes, la Cruz Roja, Organizaciones Barriales, ciudadanos dispuestos en ayuda, para mitigar en lo posible semejante horror.
Muchos de los militantes políticos, se identificaron con pecheras de La Cámpora, por dos motivos: para decir que allí estaban y para, a la vez, identificarse entre ellos, para mejor organizar las tareas de ayuda.
¿Qué hicieron los opositores que no pueden llegar a comprender un Movimiento Popular? Pusieron el grito en el cielo, en una cadena de críticas de toda índole, agravios, y todo tipo de sofismas, con tal de desprestigiar el accionar de los jóvenes.
¿Y qué hacían éstos? ¡Colaboraban para que la ayuda, llegase lo antes posibles a quienes estaba sufriendo lo indecible!
O sea, que de hecho, esos opositores, pasaron a segundo lugar, el drama de los platenses.
Cuando no se tienen ideas para debatir, lo que se utiliza en su lugar, es la mentira, o la agresión, sea física o verbal.
La prueba, el miserable ataque a golpes y patadas, que un grupo de la UOCRA, cometió contra jóvenes de La Cámpora, mientras cumplían sus tareas solidarias.
Esos, y muchos otros, son quienes de alguna manera, permitieron que la dictadura cometiera los crímenes que ya sabemos, porque jamás están del lado del pueblo, traicionando todo aquello que se intenta conquistar en aras de una mejor existencia.
He llegado a leer un cartel que decía:

Los fideos, el arroz, la ropa, te los mandé yo, no La Cámpora
Pero estos turros “los filtraron” y te los dieron en nombre de ellos
No te dejes engañar.

O sea, que quien escribió lo que allí dice, considera que lo donado por él o ella para los inundados, les llegaría como por arte de magia, sin organización alguna para la distribución.
Organización, reitero, en la cual participaron bomberos, policías, la Cruz Roja, las organizaciones barriales y cientos de personas, a los que denomino como Militantes Ciudadanos. Como también distintas instituciones privadas y del Estado.
El pensamiento de quien escribió ese cartel, muestra un egoísmo sideral y lo considero muy cercano al pensamiento autoritario.
Agradezco a Emilio Matei que haya escrito ese texto.
Su Blog: En Realidad Hoy

© Helios Buira

martes, 9 de abril de 2013

DE BUENOS DÍAS. DE PASADO Y BARRILETES

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Por la mañana, fui a comprar alimento para mis cinco gatitos.
El señor que lo vende, es una persona de carácter más bien reservado, algo adusto, pero conmigo, se da a la conversación.
Vive su presente desde el pasado. Las charlas que tenemos, hablando de las cosas que hoy acontecen, él las comenta desde un tiempo ido, no sé cómo hace, pero mientras hablamos, nos estamos refiriendo al presente.
Tiene en un pendrive, 400 temas musicales de los años 60 y 70, y los escucha todo el tiempo; tuvo un programa de radio, donde difundía esa música. Y sabe de qué habla cuando opina sobre aquellos años sonoros.
Lo mismo con el equipo de fútbol con el cual simpatiza: por comparación, hace análisis sobre lo que hoy sucede, me dice que “tal jugador, en aquellos tiempos, producía determinadas jugadas dada la posición que ocupaba en el campo de juego, entonces hoy, fulano, tendría que moverse por el mismo lugar y así, sería más productivo y el equipo estaría mejor armado para enfrentar al contrincante”. Es como si no se tratara de nombres, sino de una estrategia futbolística.
Respecto de lo social, dice que “hoy, se intenta ser solidario ante una catástrofe, para socorrer o ayudar a quien lo necesite, pero esa solidaridad, antes, se daba en todos los aconteceres de la vida, ayudando a quien se construía la casita, o, cuando una mujer del barrio enviudaba, los vecinos colaboraban con lo que podían para que el desamparo de de la viuda no se notara tanto”; “claro, agrega, antes la mujer no trabajaba, salvo casos excepcionales, entonces dependía de lo que el marido trajera a la casa desde su trabajo, por eso se salía a ayudarla.”
Y así sigue hablando, cada vez que voy, contando anécdotas, o filosofando desde una perspectiva cotidiana.

Esta mañana, al llegar yo para comprar el alimento de los gatos, luego del saludo, agregué: -Gervasio. Qué día hermoso ¿verdad? Parece primavera.
Respondió: -Sí, un hermoso día. Antes, uno miraba ese cielo y estaba lleno de barriletes. Hoy no hay barriletes. ¿Será siempre el mismo cielo?
En ese momento llegó al local otra clienta, entonces me despedí y volví a casa.
Quedé pensando en los barriletes y me fui bien adentro, lejos en el tiempo, para memorar las salidas que hacíamos con los amigos del barrio para recorrer quintas, buscando cañas, y así seleccionar las mejores; todo en un análisis profundo de cuáles eran las mejores para poder hacer el mejor barrilete.
Una vez conseguida “esa” que buscábamos, se la limpiaba, y se cortaba del tamaño que queríamos fuera el barrilete. A partir de allí, el armazón, con formas de bomba, estrella, mitad bomba mitad estrella, cometa, cuadrado (que en verdad era un rectángulo); cubrir ese armazón con papel barrilete, de colores, los flecos y la cola, con tiras de tela que proveían las madres.
Entonces, muchísimos metros de hilo chanchero (el más fuerte) ir a la canchita de Banderín y hacer que el viento se lo llevara hacia lo alto. Y allá arriba, en ese cielo, lo veíamos pequeño, muy pequeño, sintiendo que lo habíamos remontado bien alto. La cosa, era remontar un barrilete.
He llegado a contar cien en un día, todos moviéndose en un vaivén lento, silencioso, como una cadencia cual danza barriletera.
Hasta que el drama. Dos de ellos se “enganchaban” y la desesperación de los dueños tratando de salir de ese trance, de ese desastre que presagiaba la caída y con ello la pérdida del barrilete y muchísimos metros de hilo, pues generalmente, dada la altura, iban a parar lejos del lugar en que eran remontados.
La sensación que provoca en la persona el hecho de remontar un barrilete, se me hace algo imposible de explicar, de narrar.

Aquí, la letra del tema de La Bersuit

BARRILETE

Estaciones de desilusión
Barriletes de mi corazón
Divagando sin buena razón
Vuelvo al primer amor
Garabatos de mi anotador
Recordando el tono de tu voz
Evocando tu forma de ser
Una niña en frasco de mujer
Pero cuando sopla el viento sur
Me arrastro hasta tu latitud
Y te busco en el fondo de un bar
O en las calles de cualquier ciudad
Barriletes de desilusión
Todo cambia y también cambio yo
Me da miedo saber la verdad
Si te encuentro entonces, ¿qué verás?
Dame una esperanza
Decime algo más
¿Por qué te escondiste?
¿Y para dónde irás?
Mandame una carta
Si es que te acordás
De aquellos días
Nuestros nada más
Pasa el tiempo y te idealizo más
Con tus besos de virginidad
Chocolates en tu delantal
Cruzando el parque Lezama vas
Cómo flota esta sensación
Se parece a ese planeador
Sin embargo todo es ilusión
Un fantasma en plena transición
Y no alcanza la brisa de hoy
A empujarte hasta donde estoy
Se precisa más que un huracán
Una especie de gran aluvión
Dame una esperanza
Decime algo más
¿Por qué te escondiste?
¿Y para dónde irás?
Mandame una carta
Si es que te acordás
De aquellos días
Nuestros nada más
Estaciones de reconstrucción
Barriletes de mi corazón
Enganchados a un poste de luz
Como aquel divino sueño azul
Barriletes de desilusión
Todo cambia y también cambio yo
Me da miedo saber la verdad
Si te encuentro entonces, ¿qué verás?
Barriletes de desilusión
Barriletes de desilusión


© Helios Buira

lunes, 8 de abril de 2013

ERIKA. NUESTRA SALIDA Y GOGOL BORDELLO

135

Hoy, como lo hacemos lunes, miércoles y viernes, nos encontramos con Erika, mi hija, para darnos una buena charla, tomar café sentados a la mesa de un bar, caminar por la avenida Corrientes, la peatonal Lavalle y distintas calles de esta querida Buenos Aires.
Erika tiene predilección por la música, a la vez que por la lectura y el intento de escribir cuentos policiales, de misterio y suspenso.
Cuando estábamos en el bar, toma mi celular y busca letras de una de sus bandas favoritas, Gogol Bordello, y me lee lo que allí se dice.
Escucho con atención y una vez terminada la lectura, me pide que suba a mi Blog, una de esas letras, que son canciones.
La traducción a ella le pertenece.
Bien, cumplo entonces:

CRÓNICA NÓMADE ( Nomadic Chronicle – Gogol Bordello)

                                                                 Pequeña parcela del Señor
                                                                 Canasta de frutas
                                                                 Salpicada con néctares.

Antes cuando era joven y loco, como decían
Pero seguro, trabajaba bastante duro.
Robé algo de dinero a mi mamá
Y tomé el camino a Leningrado
Fui detenido en el siguiente tren
En medio de la Ucrania rural
Así es como todo comenzó
Y voy a contar la historia de una verdadera rebelión

Suficiente, suficiente,
Suficiente paranoia

Quizás soy un hombre propenso
A girar en círculos, en su maldición
O quizás soy solo un paranoico
Puesto por el Señor en esta habitación
Y una botella siempre será mi cubierta
Todas vuestras cejas ¿podrían desatar por favor?
Y si hay algún desprecio para un gitano
¿qué queda para ser romántico?

Suficiente, suficiente,
Suficiente paranoia.

¿Esto es sólo cuando estoy borracho.
O veo alguna cosa clara?
Es como cuando uno es disléxico
Lo que soy, voy a seguir siendo: un no-ciudadano.

*****

Gogol Bordello es un grupo de punk gitano del Lower East Side de Nueva York formado en 1999. Uno de sus rasgos más característicos son sus frenéticas presentaciones teatrales, y otro su sonido inspirado en la música gitana. La mayor parte de sus miembros son inmigrantes de Europa del este, y el grupo utiliza sonidos de acordeón y violín y, en algunos de sus discos, saxofón y música de cabaret, punk y dub.
En una entrevista para la National Public Radio, el líder Eugene Hütz citó a Band Of Gypsys y Parliament-Funkadelic como influencias musicales del grupo, y a Nikolái Gogol, homenajeado en el nombre de la banda, como una influencia ideológica. Entre sus influencias están también Manu Chao, Fugazi, Kalpakov, Rootsman y The Clash.
Lanzaron su primer single en 1999, y desde entonces han publicado dos álbumes, un EP y un álbum en colaboración con Balkan Beat Box. En 2005 el grupo firmó con la discográfica de punk rock SideOneDummy Records.
La grabación de "Start Wearing Purple" del disco Voi-La Intruder les dio a conocer en el Reino Unido, y fue regrabada para su disco Gypsy Punks, convirtiéndose en su primer single internacional. “Not a Crime” fue seleccionado como segundo single.
La melodía de "Start Wearing Purple" aparece en varias escenas a lo largo de la película de 2005 Everything Is Illuminated, y en los títulos de crédito se oye la canción con letra; es también la última canción de la banda sonora. Además, Eugene Hütz tuvo un papel protagonista en el filme.
Varios miembros de la banda, junto con miembros de Balkan Beat Box, tienen un proyecto paralelo que mezcla dub y electrónica llamado J.U.F. (Jewish-Ukrainian Freundschaft).
En el 2007 actúan en una presentación en vivo en el Live Earth (Londres) junto a Madonna, con la que comparten escenario mientras cantan juntos "La Isla Bonita", el 07 de julio de 2007.
El 8 de junio de 2012, se usó un fragmento de su canción "Super Taranta", para darle música a la ceremonia de apertura de la Eurocopa 2012, en el Estadio Nacional de Polonia.

© Helios Buira

sábado, 6 de abril de 2013


LA MUESTRA. DÍA INAUGURAL

134

Acabo de llegar de la inauguración de la muestra “Los amigos del museo y sus creadores”
Nellie de Curia, Fundadora del Museo y actual Presidenta de la Asociación de amigos, al hablar en la presentación, dijo que es la primera muestra del año, anunció mpróximos eventos y que la intención de la Asociación es juntar a los artistas para que vean sus obras y en la del otro, sientan que no están solos, que el camino que cada uno recorre es el mismo del otro, así se sentirán reconocidos y alentados para potenciar esa misteriosa soledad en que el artista se encuentra en el momento de la creación.
Mucho público, en una noche agradable.

Mis Esculturas

Mis Esculturas y otras obras

Nellie de Curia
Parte del público

Más público

Atentos

Mili la Modelo